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Vuelta al cole: apuesta por una dieta sana

Familia desayunando de forma variada y saludable

Durante el verano los hábitos saludables se relajan, se suelen modificar los horarios y se pone menos énfasis en la alimentación, sobre todo si se veranea lejos de casa, donde no siempre es fácil seguir una rutina adecuada para los más pequeños. Sin embargo, empezado el periodo escolar se hace necesario volver a instaurar ciertos hábitos, como llevar una dieta variada y compartir el mayor número de comidas con los niños.

El desayuno: clave para una correcta alimentación
El desayuno es, sin lugar a dudas, la comida más importante para los escolares. Tras el largo ayuno que se produce por la noche, la primera comida se convierte en fundamental para que los niños afronten la jornada con energía y buen humor. En un desayuno completo no deben faltar los productos lácteos (leche, yogur o queso), cereales (pan) y la fruta. Si es posible, desayuna con él, son muchas las investigaciones científicas que confirman algo que es de sentido común: comer en familia mejora la alimentación de los niños y previene frente a problemas relacionados con la alimentación en la adolescencia. Si el niño no puede ingerir muchos alimentos a primera hora, apuesta por completar el desayuno con alimentos que puede tomar a media mañana.

No saltarse comidas
El continuo desarrollo de los niños, tanto físico como intelectual, requiere de un especial cuidado a la hora de elegir los alimentos que deben ingerir los niños. Si todos debemos realizar cinco comidas diarias, los niños, cuyas necesidades de crecimiento son continuas no deben saltarse ninguna comida. Además, se debe priorizar tomar frutas enteras, sobre los zumos ya que estos eliminan, en la mayoría de los casos, la fibra que contienen y algunas de sus vitaminas. Verduras, cereales y legumbres tampoco deben faltar en la dieta diaria. Conviene optar por el pescado sobre la carne, aunque esta también debe formar parte de la dieta y no abusar de las grasas no saludables.

Limitar el acceso a alimentos insanos
La alimentación sana, así como el ejercicio, son los dos pilares sobre la que se construye la salud de las personas. En los primeros años de vida, además, estos pilares son fundamentales, ya que suponen una garantía frente a la aparición de futuras enfermedades y como prevención contra la obesidad. Está claro, si en nuestra casa abundan los alimentos poco saludables es más normal que crezca eligiendo comidas llenas de calorías pero sin nutrientes frente a alternativas más sanas. Trucos como colocar un frutero visible en la cocina u ofrecerle un aperitivo saludable cuando se acerque el momento de que tenga hambre son pequeñas cosas que le educan para que escoja más a menudo alimentos sanos.

Sé un modelo de conducta
Cuando los padres se alimentan de forma correcta y practican algo de ejercicio ofrecen un modelo a seguir que luego será más fácil que continúen los niños. Son muchos los estudios que señalan que en los hogares donde existen más frutas y hortalizas, los pequeños las aceptan mejor, además de comerlas con más frecuencia y, viceversa, cuanta menos proporción haya de frutas y verduras, peor y menos cantidad comerán los pequeños. Los padres son, en esto, como en otras muchas cosas, un modelo para sus hijos y el ambiente en el hogar es esencial para adquirir hábitos saludables en la infancia.

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