Desarrollo motor: ligado al movimiento
Desde que los niños nacen van desarrollando distintas habilidades, los músculos van cogiendo fuerza y aprenden a coordinar sus movimientos para cumplir con los hitos del crecimiento. Poco a poco, los bebés podrán sujetar la cabeza, aprenderán a darse la vuelta cuando están tumbados, se sentarán, gatearán, para más tarde dar sus primeros pasos. Todo proceso conlleva una ejercitación de los músculos y nosotros podemos fomentarles y proponerles actividades que les ayuden a superar las distintas etapas. Lo importante: no forzar. Cada niño lleva un ritmo y debe estar seguro en una etapa para comenzar con la siguiente. Es decir, para caminar debe primero sentirse seguro estando de pie, y para ponerse de pie tiene primero que sentarse y así sucesivamente.
Seguridad: clave para superar la adaptación
El periodo de adaptación a la Escuela Infantil se extiende desde los primeros días hasta pasado el primer trimestre. No todos los niños, y por tanto, las familias reaccionan igual ante el inicio de la vida escolar. Por eso, desde la Escuela es clave transmitir seguridad y tener paciencia. El mantenimiento de una rutina es la base fundamental para que los niños vayan adquiriendo autonomía y aprendan valores en el aula y, de esta forma, el clima escolar se desarrolle con tranquilidad.
Escuela Infantil: los valores de vivir en comunidad
Mediante los hábitos y las rutinas los niños empiezan a comprender y aceptar las normas, a respetar a los demás, a que el material debe cuidarse y a apreciar el valor de las cosas. Muchos de los valores esenciales de la convivencia se aprenden haciendo todos los días las mismas cosas. Además, las rutinas son esenciales para que el niño desarrolle su actividad con tranquilidad, teniendo confianza en lo que ocurrirá a continuación. Por esta razón, una buena organización de la Escuela Infantil pasa por tener las rutinas diarias claras y que toda la comunidad educativa: directiva, profesores y familias conozcan cómo se va a desarrollar el día a día de sus hijos.
Aprender jugando es clave en los primeros años
Al empezar el curso, muchos padres se plantean llevar al niño a actividades extraescolares después del horario escolar, ya que es muy enriquecedor para los niños y supone un complemento educativo. En los primeros años, estas actividades deben ser principalmente lúdicas y mejor si se pueden disfrutar en familia, de esta manera podéis reforzar vuestro vínculo y divertiros mientras los niños aprenden. También es importante tener en cuenta que los niños deben tener tiempo para jugar libremente y deben descansar lo suficiente para desarrollarse adecuadamente. Tener en cuenta el ritmo de cada niño es clave para que las actividades que haga sean provechosas.
Dormir, fundamental para el bienestar de los niños
La hora de irse a dormir es un momento sensible en muchos hogares. Algunos niños intentan retrasar al máximo este momento y buscan cualquier excusa para no dejarse vencer en los brazos de Morfeo. Cuando esto pasa, los adultos tendemos a desesperarnos y a retrasar la hora de acostar a los niños, a pesar de que todos sabemos que dormir bien es fundamental para el bienestar de nuestros hijos y que afecta a su aprendizaje. Además, los expertos señalan que dormir lo suficiente es clave para tener buena salud.
Afecta al aprendizaje y al humor
La cantidad de horas que duerme un niño influye en su rendimiento escolar y en su humor. Además, dormir menos horas de las que se necesitan puede alterar la velocidad de crecimiento de los niños y provocar problemas de conducta. A pesar de la importancia del sueño en el desarrollo de los niños, los problemas del sueño son bastante comunes. Se estima que el 30% de la población infantil sufre alteraciones crónicas del sueño.
Para la merienda o la media mañana
Septiembre y la vuelta al cole es el momento ideal para empezar a incorporar a nuestra dieta los hábitos de una alimentación saludable. La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda el consumo de 5 o más raciones de frutas, verduras y hortalizas al día. Esto quiere decir que en todas las comidas debe haber o fruta o verduras para cumplir con dicha recomendación.
La fruta es esencial en la dieta de los más pequeños. Aporta vitaminas, minerales y fibra necesarios para su desarrollo. Además, el consumo de estos alimentos previene contra enfermedades, ya que provocan un efecto antioxidante y estimulan el sistema inmune, lo que permite al cuerpo estar en plena forma frente a la exposición a virus. Una buena forma de que los niños tomen fruta es incorporarla en la merienda o en la media mañana. El problema: cómo llevarla para que se mantenga en buen estado y no se oxide.
Les hace ser más autónomos
Muchos niños le cogen cariño a un muñeco, peluche u objeto y no se despegan de él ni un segundo. Duermen con él y allá donde vayan les acompaña. Aunque pueda parecer que esta situación los hace dependientes, el objeto elegido les hace sentirse seguros y les ayuda a ganar autonomía.
Un trapito, una almohada, un muñeco… cada bebé puede elegir el tipo de objeto que le acompañará y no todos lo hacen. Cualquier objeto puede convertirse en su “amiguito” inseparable y la elección puede deberse a que le recuerda a situaciones vividas en el hogar, a momentos en los que se ha sentido seguro. Este objeto que normalmente se denomina muñeco de apego u objeto transicional le ayuda a superar sus miedos y a enfrentarse a nuevas situaciones, sobre todo aquellas en las que los padres no están presentes.
Comienza el curso: qué hay que preparar
El principio de curso suele ser un momento estresante para las familias. Los cambios a los que somete la vida familiar en unos pocos días, con nuevos hábitos y rutinas, las nuevas necesidades que tienen los niños y la adaptación de los niños a un nuevo ambiente y cuidadores son de por sí un momento delicado. Por esta razón, preparar la entrada en la Escuela Infantil con antelación o al menos en los primeros días de curso puede suponer una gran tranquilidad para afrontar el inicio del curso con seguridad.
Niños que comienzan la Escuela Infantil por primera vez
El inicio del curso escolar es un momento estresante para educadores, directores y padres. Muchos niños empiezan su andadura escolar y los lloros son el sonido más habitual de las mañanas. Gran parte de los niños se incorporan por primera vez a la Escuela Infantil, pasando de un espacio conocido y seguro a un mundo social donde convivirán con otras normas y niños pasando por un proceso de adaptación que durará algunas semanas y que involucra a toda la comunidad escolar: niños, educadores, directores y padres.
Te contamos las claves para que el curso se desarrolle con éxito, organizadas en torno a tres ejes: el contenido del proyecto educativo que establece cómo se desarrolla el día a día en la Escuela Infantil, la comunicación con los padres y la formación del personal docente.
Las emociones se pueden educar
A menudo pensamos que las emociones solo se pueden trabajar cuando los niños empiezan a crecer y comprenden el significado y las consecuencias de su comportamiento. Pero desde que los niños tienen pocos meses de edad se pueden realizar actividades adaptadas a su edad. Un poco más adelante, podemos optar por libros donde se tratan las emociones. Conocer las emociones hace que poco a poco se puedan educar y de esta manera los niños puedan desarrollar relaciones sanas que les aporten felicidad.
Los especialistas aseguran que la educación emocional es clave en la educación de las personas, a veces incluso por encima de la académica. ¿Quién no conoce a alguna persona que no sacaba especialmente buenas notas y luego ha disfrutado de un gran éxito laboral y social? Las habilidades sociales son imprescindibles para desenvolverse en la vida y hace que las personas sean más sanas y felices.
Proteger los ojos de los rayos ultravioleta
El efecto de los rayos ultravioleta también se puede dejar sentir en la vista si no se toman las precauciones necesarias. Cuando se habla de protección solar, normalmente todos nos centramos en la piel ya que es un órgano muy extenso que recubre todo el cuerpo y que está expuesto a los rayos ultravioleta durante mucho tiempo en verano. Sin embargo, también existe una zona pequeña, pero muy sensible, a la que solemos prestar menos atención: los ojos.
Usar gafas desde los primeros meses
Los rayos de sol pueden ser muy dañinos para los ojos de los bebés. Por esta razón, los especialistas recomiendan el uso de gafas de sol incluso desde los 6 meses de edad. Es una forma muy adecuada de proteger la delicada piel que rodea los ojos y prevenir, a largo plazo, problemas como el desarrollo de cataratas, degeneración macular o pérdida de visión asociada a la edad. Los expertos señalan que del daño producido por la radiación solar que una persona sufre a lo largo de su vida, entre un 50 y un 80% sucede durante la infancia y la adolescencia.
El contacto con la naturaleza: clave para su desarrollo
Ahora, en verano, es la época ideal para disfrutar con los niños de las actividades al aire libre. Desde los primeros meses es importante que los niños disfruten de los juegos de exterior y de realizar actividades físicas. Estar en contacto con la naturaleza es clave para su desarrollo y también para su salud. Los juegos de exterior fomentan su creatividad y su imaginación, pero además, les provee de habilidades psicomotrices fundamentales para su crecimiento y refuerzan el vínculo con los padres o cuidadores de referencia.
La Asociación Española de Pediatría (AEP) señala que “la actividad física debe alentarse ya desde el principio, por medio de juegos en el suelo o en el agua”. En este sentido, es fundamental que a los bebés se les deje en libertad controlada, dejando que muevan pies y manos. Actividades como tirar, empujar, buscar objetos, el gateo y los primeros pasos son parte de su desarrollo. Los beneficios son muchos. Te contamos cinco juegos de exterior puedes hacer con los más pequeños.
Una misión, asegurar su supervivencia
Los sentimientos de apego, ternura y protección que despiertan los bebés en los adultos son fruto de la evolución y responden a ciertas características físicas, conductuales y cognitivas. Según las teorías evolucionistas, la misión de estos mecanismos es conseguir que los adultos les cuiden para asegurar su supervivencia. En los primeros años, los bebés necesitan de vosotros, por eso tienen captar vuestra atención a toda costa.
Sus manitas, los gestos que hace, su olor… todo está preparado para que desde que llega al mundo despierte en nosotros un sentimiento de protección y cuidado. Tanto, que somos capaces de mirarlos durante horas y hace que no podamos evitar cogerlos y acariciarlos. El médico y fundador de la Etología, Konrad Lorenz, hablaba de la importancia que tienen las características físicas a la hora de despertar el instinto de protección de los adultos. Además, el encontrar rasgos físicos de los padres o de familiares estimula el deseo de protección: reconocer gestos comunes favorece el vínculo.
Golpes en la cabeza: la mayoría sin importancia
Cuando los niños empiezan a andar y durante los siguientes años puede ocurrir que se den a menudo golpes en la cabeza, la mayoría sin importancia. Sus ganas de explorar todo a lo que tienen a su alcance, la poca destreza que tienen al andar y el hecho de que la cabeza es lo que más les pesa, hace que los niños se den a menudo coscorrones, la mayoría leves.
A pesar de lo aparatoso de los golpes en la cabeza, la mayoría de ellos son de carácter leve por dos razones fundamentales: primero, la altura desde la que caen no suele ser muy alta y además, como aún no tienen las fontanelas abiertas, los huesos del cráneo poseen cierta movilidad, lo que disminuye la posibilidad de sufrir una fractura.
Un mercado con mucha competencia
Para las Escuelas Infantiles privadas cada vez es más complicado conseguir nuevos alumnos. La gran competencia que existe en este mercado, la tendencia que existe de potenciar la escuela pública y el menor número de niños hace que muchas Escuelas tengan que agudizar el ingenio para conseguir nuevas familias.
Los estímulos son fundamentales en los primeros años
Desde el nacimiento, el cerebro se está desarrollando y aprovechando todos sus recursos para trabajar con eficacia. La inteligencia del ser humano empieza desde el nacimiento y se sofistica según pasa el tiempo, valiéndose de los estímulos que le ofrece el mundo exterior para hacerse más fuerte. El bebé empieza a conocer su entorno, primero a través de la succión, un instinto primario que le da información de los objetos que le rodean. A medida que crece el niño aprende a través de la repetición y los juegos. En cada etapa, el niño se vale de unos recursos para reforzar su aprendizaje.