Un cambio madurativo muy importante
¿Ha llegado el momento de dejar el pañal? La mayoría de los niños están preparados para este cambio tan importante entre los dos y los tres años, dependiendo de la madurez del niño. El pipí diurno y la caca se suele controlar entre los dos años y medio y los tres y el pis nocturno puede tardar un poco más. La primavera es, sin duda, el momento elegido por la mayoría de los padres para empezar con este proceso porque resulta menos engorroso. Ya que se trata de un aprendizaje, si el niño aún no controla bien el pis, resulta más fácil cambiarle de ropa y seguir con el proceso.
Planificar bien el menú
La cena es una de las comidas más importantes del día, por eso conviene no descuidar los alimentos que consumimos. Lo ideal: planificar bien los menús en función de lo que va a tomar en la escuela infantil o colegio para complementar y no improvisar con lo primero que tenemos en la nevera, ya que muchas veces recurrimos a fritos o alimentos más grasos de lo que deberíamos.
La importancia de gestionar la pérdida
La vida y la muerte forman parte de nuestro ciclo vital, sin embargo para los niños esta cuestión no es fácil de entender. Muchos niños no vivirán la muerte de seres queridos cercanos y, por esta razón, la viven como algo ajeno. Sin embargo, enfrentarse a la pérdida de un abuelo, un padre, incluso de un animal con el que se han criado supone un varapalo que hay que saber gestionar.
Estimulación temprana en la Escuela Infantil
La estimulación temprana en los niños pequeños es importante para su desarrollo afectivo e intelectual. Gracias a unos estímulos adecuados los niños pueden desarrollar al máximo sus cualidades, encaminándolos hacia un aprendizaje que les haga disfrutar experimentando y descubriendo nuevos intereses.
Durante los primeros años, aquellos en los que los niños pasan por la Escuela Infantil, es cuando más podemos aprovecharnos de esta educación temprana para favorecer el desarrollo de los más pequeños. El control de las emociones, la música, el orden, el movimiento, las primeras nociones matemáticas, la estimulación de otras lenguas… la plasticidad del cerebro en estos momentos nos brinda la oportunidad de favorecer conexiones cerebrales que pueden ser muy importantes para la capacidad cognitiva de los niños.
Comer en familia: fuente de aprendizaje
A los bebés les suele gustar experimentar con la comida. Coger las cosas con sus deditos, llevarse las cosas a la boca y manejar la cuchara como pueden. Alrededor del año intentan perfeccionar este aprendizaje todo lo que pueden, con mayor o menor pericia. En este momento, cualquier orientación que reciban es positiva para su desarrollo.
Cuando los niños se sientan en la trona llegan a la mesa que comparten con los demás familiares lo que es, sin duda, una fuente constante de aprendizaje. El bebé puede llegar fácilmente a la comida y observar, en ese momento, qué comen los demás, cómo se utilizan los cubiertos, las normas que se siguen en la mesa… De esta forma, conocerá las normas que se rigen en las comidas y acabará comportándose como vosotros lo hacéis.
Promover la lectura desde que nacen Promover la lectura en los niños pequeños no debe limitarse a los pequeños que están aprendiendo a leer y los que ya se desenvuelven al menos un poco con la lectura. Los expertos señalan que existen enormes beneficios de leer a los niños desde que nacen. Existe una relación entre lectura y pensamiento que va más allá de la lectura y por eso conviene iniciarse en la lectura lo antes posible.
La lectura es mucho más que una decodificación de unos símbolos, podemos asegurar que los bebés ya “leen” desde que nacen. Los sonidos, los gestos o las carantoñas de sus familiares estimulan al niño a interpretar un lenguaje oral que va más allá de la lectura tal y como nos referimos comúnmente a ella. Esta “lectura” de los gestos y los sonidos es el origen de la actividad del pensamiento y es de vital importancia para el desarrollo del mismo.
Jugar, la mejor forma de aprender
En los primeros años el bebé se desarrolla a un ritmo vertiginoso, el cerebro está evolucionando de forma extraordinaria. Alrededor de los 12 meses el niño comienza a memorizar situaciones que le producen placer y le descubren cosas nuevas. En este contexto, el juego se convierte en una poderosísima herramienta de aprendizaje. Con unas sencillas técnicas, basadas en el juego y en la repetición, podemos fomentar la memoria de los más pequeños, lo que le ayudará más adelante, cuando el aprendizaje se vuelva más formal.
Un lugar para disfrutar de la intimidad
Los niños, al igual que los adultos, disfrutan de su intimidad. No es extraño observar como los bebes pasan rato en sus cunas observando sus pies o sus manos. Más adelante, cuando ya pueden desplazarse, les gusta esconderse detrás de las cortinas, o debajo de una mesa, al abrigo de las miradas de los demás.
Esta es una de las razones por las que alrededor de los tres años los niños disfrutan de jugar dentro de una casita: experimentan su propia intimidad además de pasarlo genial construyéndola si no existe una ya instalada. Unas sillas colocadas y una manta, pueden hacer las veces de una casita improvisada que les entretendrá y con la que disfrutarán de sus juegos.
Dos años: atención constante hacia los sonidos
El sentido del oído es uno de los que primero se desarrolla. Ya desde el feto, los bebés escuchan las voces de sus padres y, al nacer, está comprobado que las reconocen y que se tranquilizan al oírlas. Alrededor de los dos años, este sentido cobra especial importancia, coincidiendo con lo que la educadora María Montessori denominó como “periodo sensible del lenguaje” que en esta edad está en su punto álgido. Los periodos sensibles se definen como “sensibilidades especiales que se encuentran en los seres en evolución, es decir, en los estados infantiles, los cuales son pasajeros y se limitan a la adquisición de un carácter determinado. Una vez desarrollado este carácter cesa la sensibilidad correspondiente”.
Ante de empezar andar: descalzos
A la hora de decidir por calzar al bebé existen una multitud de modelos en el mercado, incluso para niños que aún no caminan. Sin embargo, los expertos aconsejan que durante el primer año de vida los niños permanezcan descalzos, tan solo con calcetines o patucos para evitar el frío. Para ello “los pies del recién nacido tienen una almohadilla grasa en la planta que les confiere un aspecto gordito y aplanado”, explica la ‘Guía práctica para padres desde el nacimiento hasta los 3 años’, editada por la Asociación Española de Pediatría (AEP).
Sabor, textura y con pocas espinas
El pescado es uno de los alimentos que más rechazo provoca a los niños, pero dentro del pescado, la merluza goza de una gran popularidad entre mayores y pequeños. Su sabor suave, sus escasas espinas y su versatilidad en la cocina lo hace un alimento ideal para introducir este alimento entre los más pequeños de la casa. A partir de los 10 meses, primero en papilla y luego en guisos, a la plancha o rebozado, seguro que les encanta.
Un desarrollo cerebral espectacular
Durante los tres primeros años de vida el desarrollo del cerebro alcanza un ritmo de crecimiento espectacular. Son numerosos los estudios que afirman que lo que aprende el cerebro en estas edades deja una huella que se deja sentir muchos años después en el desarrollo de una persona. Algunas enseñanzas, entre las que se encuentran los idiomas y la música, cambian la estructura del cerebro que está creciendo, dotándolas de mayor plasticidad y creando conexiones neuronales nuevas que hacen que el cerebro de desarrolle más.
Estimular desde los primeros meses de vida
A partir del tercer o cuarto mes de vida se pueden realizar ejercicios con los bebés para estimular la psicomotricidad fina. Al principio, serán ejercicios que nosotros realizaremos sobre sus manitas, pies y dedos para que el pequeño vaya cogiendo fuerza y habilidad. Se trata de que el bebé conozca su cuerpo y gane en coordinación.
Según el bebé va madurando, los reflejos desaparecen y tiene una mayor coordinación manual. Uno de estos reflejos es el denominado reflejo prensil y se produce cuando el bebé aprieta fuertemente con su puño tu dedo o cualquier otra cosa al notar el contacto de otra persona o de un objeto con su mano. Al ser un reflejo es un acto involuntario, pero poco a poco, empezará a tomar consciencia de su propio cuerpo y a ejercer acciones con voluntad. Este proceso es muy enriquecedor para los bebés y les hace ganar confianza y autonomía. Por esta razón, los juegos que realicemos con los bebés les motivarán y les ayudarán a desarrollarse psicomotrizmente.
La mayoría de los niños gatean
Alrededor de los 10 meses de edad algunos niños comienzan a gatear. El gateo es el nombre por el que se conoce a uno de los denominados “desplazamientos autónomos iniciales”, es decir, una de las formas de desplazarse que un niño puede hacer antes de empezar a andar. Esta forma de moverse no se da en todos los niños y puede variar de unos lactantes a otros. Algunos se desplazan “con el culete”, manteniendo la espalda recta, otros rectan y otros adquieren la forma de un gato para desplazarse. El gateo se da en la mayoría de los niños (un 82% de los lactantes lo hace en algún momento); sin embargo, alrededor de un 7% no realiza ningún tipo de desplazamiento inicial, directamente se ponen de pie y comienzan a andar.
El sol muy beneficioso, pero con moderación
Los rayos del sol son muy beneficiosos para nuestro organismo, ya que ayudan a sintetizar la vitamina D, fundamental para absorber el calcio, tan necesario en la formación de los huesos. Sin embargo, la exposición a los rayos de sol debe ser moderada, sobre todo en los niños, que tienen una piel delicada y sensible, ya que el abuso podría afectarles negativamente en el futuro.